No existe el arte puro ni el desligado del mercado

“Yo no creo en el retorno del artista maldito, en el artista que está en contra del mercado. Eso sucedió en la época religiosa del arte en el siglo XIX, de la que ya salimos. Hoy vivimos en un mundo hipermoderno, en una época de hibridación donde el arte y el mercado mantienen entre sí distintas relaciones”, aseguró ayer en entrevista el pensador y humanista francés Gilles Lipovetsky, luego de presentar su conferencia La era del capitalismo estético en el Salón de Congresos del Tecnológico de Monterrey, campus ciudad de México, donde también habló sobre arte, mercado, internet, los best-seller, turismo y las características del capitalismo artista.

En su opinión, “el tiempo donde el arte y la cultura estuvieron separados del mercado se ha terminado”, con lo cual ya no existe el arte puro ni el arte desligado del mercado. Y además, negó ideas como las que expone Theodor W. Adorno, quien aseguraba que el capitalismo sólo produce mercancías que no tienen nada que ver con el arte, sino cosas hechas para juntar ganancias, dominadas por estereotipos, por la estupidez y la mediocridad, hechos para manipular a los consumidores.

“No comparto esta lectura. Yo creo que es posible otra manera de ver las cosas menos maniqueísta y menos radical, que permita entender lo que está sucediendo en el mundo actual”. Entonces, debe entenderse que el capitalismo artista no produce, como lo pensaba Adorno, algo que no es arte. Más bien, el capitalismo artista produce otro arte, un género nuevo de arte, enfatizó.

“Ya no podemos estar en posiciones radicalistas. No se trata de decir que el artista debe estar en contra del mercado; a lo mejor puede trabajar para el mercado con ciertas condiciones… ¿por qué no? Ahí está el cine, que produce lo peor y lo mejor; y la publicidad que casi siempre es lamentable, pero algunas veces produce cosas sublimes”, añade.

CENSURA. Durante la entrevista, Lipovetsky aseguró que vivimos en una época donde hay un formidable desarrollo de las expresiones artísticas, a diferencia de otros momentos en la historia del hombre en que estaba sometido a la censura. “Ahora el problema para los artistas no es crear, el problema es cómo existir, pues están rebasados, ahogados por la cantidad de creaciones. Sólo vean los blogs en internet y se darán cuenta que hay un océano de imágenes, orquestas…”.

—¿Esta visión del artista que busca el éxito afecta la creación del arte?

—Pero, ¿qué hacía Picasso? Picasso quería ganar dinero y es muy conocido, los ejemplos son muy numerosos. Hay muchos artistas que querían ganar dinero. No son santos, viven en la sociedad.

—¿Está cambiando el concepto de arte?

—El arte no revela verdades absolutas. El arte es un medio como otros para que los hombres entiendan y sean comprendidos, es un medio más entre otros. Porque esa visión de que el artista está aquí para revelarnos las verdades… es del siglo XIX, cuando el artista se volvió una especie de profeta. Claro que si ustedes renuncian a lo que creen con tal de ganar dinero, entonces sí mejor dedíquense al marketing.

Por ahora, asevera, tenemos el capitalismo y no hay ningún otro sistema, quizá en un siglo, pero por el momento no hay otro. “Y aunque el capitalismo ha creado cosas horribles, también ha producido cosas magníficas, porque después de todo ustedes lloraron escuchando música, viendo películas, ustedes han amado cosas que nacieron en el capitalismo. El capitalismo no sólo produce horrores, eso no es cierto”.

ABISMO. Durante la conferencia La era del capitalismo estético, Lipovetsky explicó que en la actualidad hay una oferta ilimitada, pero al final sólo un pequeño número de títulos o de estilos tiene éxito, mientras que los otros no tienen mucho, pero ese abismo ha sido creado por el capitalismo artista.

Precisó que en Francia hay cerca de mil 500 museos, pero sólo el 80 por ciento de los turistas va sólo a 20 museos, “es decir, hay una oferta ilimitada, pero siempre son los mismos a los que va la gente”. Y aseguró que aunque se pensaba que internet cambiaría las cosas, no ha sido así.

“Internet hace posible que todo mundo vea todo, pero en realidad no, pues el capitalismo artista crea un sistema llamado star system, donde están las vedetes, los que se quedan con todo y para los demás… sólo quedan migajas. Es terrible pero así funcionan las cosas”, explicó.

—¿Cómo combatir el star system?

—Ahí no sé si existe una solución. El capitalismo artista ya no reside en pequeñas unidades artesanales, sino en mastodontes gigantes. ¿Dónde está la prueba? Basta saber que el 80 por ciento del mercado de la música en el mundo es controlado por 3 grandes multinacionales y que el 80 por ciento de los boletos de las salas de cine producen ganancias para películas norteamericanas, el cual es controlado por 7 gigantes norteamericanos, etcétera.

APPLE. Uno de los términos más señalados por el autor de La era del vacío y El lujo eterno es la estética del capitalismo y apunta a la extinción del término “arte puro”, condensado en la idea de que Charles Baudelaire y Gustav Flaubert despreciaron al sistema y el éxito. “¿Hoy conoces artistas que desprecien el éxito? ¡No! Ellos están muy orgullosos si las marcas los llaman”.

Así que la forma como hoy se ve el arte ha cambiado. “Hay cosas que han cambiado. Estábamos en un periodo en el que existía lo comercial y lo no comercial, el dinero se oponía al arte y había una verdadera frontera… pero desde Andy Warhol eso se terminó”.

Además, concluye, los productos hechos para el mercado no forzosamente son malos. “Un ejemplo es el éxito de Apple, que se basa en un objeto magnífico, en una obra de arte y es algo totalmente de negocios, pero es perfecto, es puro”.

Fuente: http://www.cronica.com.mx/notas/2013/776959.html

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