Estudian campo magnético de la Tierra

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La Agencia Espacial Europea (ESA) planea la misión Swarm, diseñada para medir las señales magnéticas emitidas por el núcleo, el manto, la corteza, los océanos, la ionosfera y la magnetosfera de nuestro planeta.

Esto se logrará con el lanzamiento de tres satélites la semana próxima al espacio.

El estudio del escudo protector de la Tierra permitirá analizar los procesos que tienen lugar en el interior del planeta, ayudándonos a comprender mejor la rotación del campo magnético de la Tierra, que parece estar frenándose.

Desde que fue localizado por primera vez en 1831 de manera precisa por James Ross en el Gran Norte canadiense, el polo norte magnético no ha cesado de moverse y sus desplazamientos a veces brutales intrigan a los científicos.

A lo largo del siglo 19 y hasta 1980, el polo magnético se movía de manera bastante lenta (menos de 10 km por año) dirigiéndose hacia Siberia, pero su velocidad luego se aceleró, rozando los 60 km por año en los años 1990, antes de volver a estabilizarse.

En total, entre 1831 y 2007, el polo magnético norte recorrió cerca de 2 mil km hacia el noreste.

¿La causa? El campo magnético terrestre, que la misión Swarm quiere medir con sus tres satélites, es muy variable, a la vez en el espacio y el tiempo. Incluso se invirtió en varias ocasiones a lo largo de la historia, de manera irregular, pero en promedio cada 200 mil años.

Actualmente, el campo magnético terrestre disminuye de manera bastante rápida (perdió cerca de un 6 por ciento en intensidad en un siglo), pero sigue siendo superior a lo que se observa antes de una inversión, un proceso que lleva varios miles de años.

Contrariamente a los polos geográficos, los polos magnéticos Norte y Sur -es decir los puntos en la superficie de la Tierra donde este campo magnético es exactamente vertical- no se encuentran situados en puntos opuestos del globo.

El polo magnético norte se encuentra actualmente a más de 85 grados de latitud (con relación al Norte geográfico) mientras que el polo magnético Sur está situado a sólo 65 grados de latitud Sur, en la región Antártica.

Como los polos geográficos son fijos es por lo tanto necesario corregir la dirección indicada por una brújula. Para orientarse de manera precisa con una brújula -que nunca sufre desperfectos, contrariamente a un GPS o un instrumento de radio- es necesario disponer de un mapa muy reciente. Los datos recabados por los satélites Swarm servirán para actualizar esos mapas, usados sobre todo en la navegación aérea.

Fuente: http://www.reforma.com/ciencia/articulo/721/1441921/

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